Todas las maldiciones juntas

Como dijo John F. Kennedy en su discurso de investidura -aunque la frase se atribuye originalmente a Napoleón-, "la victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana". A veces es cierto que la mezquindad de los hombres, su falta de valor para aceptar la responsabilidad cuando el viento viene en contra, deja un fracaso sin explicación aparente. La realidad es que casi siempre hay culpables. Pero no siempre. Si alguna vez he de creer en supersticiones, gafes e intangibles, será en un día muy parecido al de ayer. Enfrente de un Arsenal con recursos variados y una contra fulgurante pero escaso de profundidad real y propenso a perder el timón del partido, el Barça jugó durante muchos minutos en plenitud, pero perdió. A continuación, unos cuantos apuntes que, aun oliendo a superchería, pueden servir a esta derrota como familia adoptiva:
1. Messi no marca en Inglaterra. Es un hecho. Como si tratara de compensar lo de las Malvinas, al (de momento) segundo mejor futbolista argentino que han visto los tiempos las porterías de la isla se le vuelven como de fútbol sala. Y si el que más enchufa de tu equipo no enchufa, ya tienes medio partido perdido. Aun así, su asistencia a Villa puede valer los cuartos de final.Por eso es el número uno, también en los días malos.
2. En el Emirates, jugar bien no es suficiente. Concretamente, el año pasado ni siquiera bastó jugar primorosamente. Es cierto que ayer no se alcanzó el nivel de excelencia de 2010, que hizo a algún compañero madridista de la Redacción comentar a otro con evidente congoja: "Niño, éstos van a ganar la cuarta". Pero el Barça levantó bien alto el estandarte de su fútbol. Y cuando todo parecía controlado, el partido se le revolvió a zarpazos, como un animal herido. Otra vez.
3. Febrero es el mes de la pájara. En la preparación física de cualquier equipo para una temporada suele haber un mes 'valle'. Desde hace unos años, el del Barça dura 28 días, 29 si es bisiesto. Por eso, normalmente, en el partido de octavos de la Champions lejos del Camp Nou, el equipo acaricia el desastre. Ya pasó en Stuttgart, en Lyon... Ayer Pedrito corría mucho más en su cabeza que con las piernas. Iniesta y Xavi fueron cayendo poco a poco en la languidez. Messi lanzaba sus diagonales deseando quitarse el balón de los pies cuanto antes. Maxwell y Piqué hubieran pasado a duras penas las pruebas físicas del Comité de Árbitros. Para colmo, Pep movió el banquillo tarde y sin tino. La vuelta se juega en marzo. Es un alivio.
4. Las cuatro derrotas de la temporada, sin Puyol. Y esta vez no será porque su sustituto jugara de pena (o como se dice en lenguaje coloquial, 'a lo Milito'). Abidal, que va camino de la beatificación, fue un helicóptero Apache en defensa, y en ataque se permitió aportar claridad, profundidad e incluso dejar a Pedro solo delante del portero. Actuación sobresaliente. Pero el escaso fuelle y la nula agilidad mental de sus compañeros de zaga (horrible Piqué) rompieron de nuevo el equilibrio. Una vez más, se demuestra que la labor del capitán es casi siempre oscura, pero vital. Su recuperación para la vuelta, máxime cuando Piqué no podrá estar, por sanción, es más fundamental que nunca.
P.D.: Si a Rizzoli no le hubiera dado vergüenza expulsar a Song delante de su afición antes del minuto 30, el partido habría sido más justo. Ganara quien ganara.
Fuente:Marca.com

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